En este artículo te mostramos 7 consejos para trabajar con texturas en acuarela que debes conocer. En su estado natural, la acuarela y el gouache son líquidos, pero hay técnicas para añadirles textura. Los medios comerciales pueden hacer la pintura más granulada, más gruesa, que se pegue menos al papel y que tarde más en secarse. No siempre se especifican bien los ingredientes, pero generalmente son las mismas sustancias usadas para elaborar la pintura; estos medios deben usarse con moderación.

2 texturas con acuarela.

  1. Textura transparente: Puedes usar tres técnicas para hacer esta textura, pincel seco sobre papel rugoso, medio texturado añadido a los lavados para hacerlos más granulares, y salpicaduras de pintura con un pincel rígido. El blanco del papel rugoso es importante, pues añade brillos al mostrarse a través de la pintura transparente.
  2. Textura opaca: Puedes realizar una textura general con pintura arrastrada sobre la superficie con un pincel seco. Sobre un lavado dispuesto encima puedes dejar caer un plástico, lo que proporciona un patrón irregular. Luego puedes pintar encima y tapar en algunos lugares con gouache opaco. Finalmente también puedes aplicar salpicaduras oscuras y claras a la vez punteando con un cepillo de pelo de cerdas duras.
deGranero texturas en acuarela

7 consejos para trabajar con texturas en acuarela que debes conocer.

  1. Un papel rugoso prensado en frío es ideal para hacer granulados y manchas.
  2. Aplicar pintura en un papel texturado con un pincel seco produce un efecto moteado. Asegúrate de que el pincel esté seco limpiándolo con un papel, mójalo en la pintura y arrástralo sobre la superficie. Pon los dedos sobre la base de las cerdas para abrirlas (así conseguirás una marca más ancha) o usa un pincel abanico. Si punteas la superficie con un pincel de cerdas rígidas lograrás zonas más controladas de puntos, en contraste con las pinceladas más suaves.
  3. Agrega un medio de textura a la pintura para conseguir un acabado granulado. Puedes obtener un efecto similar espolvoreando un poco de sal en la superficie, o añadiendo más goma arábiga o medio granulado a la pintura, añade aquapasto.
  4. Salpica pintura sobre la superficie con un cepillo de dientes viejo o un cepillo duro. Delimita con un estarcido la zona que quieras texturar, para proteger el resto de la pintura. Este método poco sofisticado es sorprendentemente efectivo con cualquier color en cualquier momento, pero quizá prefieras usar fluido de enmascarar, para preservar las motas blancas al principio del proceso, o bien usar gouache blanco al final, para añadir luz y brillos a un lavado deslucido.
  5. Pon una bolsa de plástico ligeramente arrugada sobre un lavado y deja secar. Al levantarla, revelará un jaspeado.
  6. Lija suavemente con un papel de lija grueso, raspar o cortar con una cucharilla la capa superior del papel son formas de recuperar el blanco. Es un último recurso, ya que la operación araña la superficie del papel y es más difícil pintar encima de éste.
  7. Pinta zonas del fondo con goma arábiga o preparación para retoques (lifting medium) si necesitas quitar la pintura después de los lavados. Pasa un pañuelo de papel o un algodón sobre la pintura para descubrir el blanco.

Hasta aquí nuestros 7 consejos para trabajar con texturas en acuarela que debes conocer. Como siempre esperamos haberte enseñado algo nuevo. Estaremos encantados de recibirte en nuestras clases de pintura en Madrid.

LLamar ahora