Desde la Antigüedad y hasta que se introdujo el uso de la tela, la tabla ha sido uno de los soportes más utilizados, sobretodo en la Edad Media, en la que los retablos eran ejecutados sobre dicho soporte.

Sobre tabla pueden aplicarse casi todos los procedimientos (salvo los que son estrictamente murales), eso si, cada uno de ellos necesita una preparación adecuada: desde una simple mano de cola u otro aglutinante rebajado, hasta la más meticulosa y larga preparación que requiere un bruñido.

La tabla que escojamos debe estar bien seca y estar exenta de resinas, de nudos y no muy cepillada. Si está encolada, la cola ha de ser insoluble en agua.

 

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Tipos de maderas.

Los soportes de madera más corrientes son:

  • Tablero formado por tablas unidas por acoplamiento.
  • Tablero contrachapado.
  • Tablero conglomerado.

Desde siempre, el primero ha sido el soporte tradicional, a base de tablas de madera maciza acoplada por los cantos. Sin embargo, este material presente el inconveniente de los nudos de la madera y, sobre todo, el de tener las juntas encoladas, ya que pueden abrirse. Para evitar esta dificultad, antiguamente se procedía al calafateado (tiras de tela muy fina, encoladas en las juntas, para evitar o para aguantar la grieta cuando se produjese), o bien se cubría toda la superficie de la tabla con una tela encolada.

El segundo de los soportes, el tablero contrachapado, consiste en un aplacado de varias chapas, de manera que la dirección de las vetas de una se contrapongan con las de la otra; por eso se denomina también tablero compensado.

El contrachapado es ideal porque es ligero, sin nudos ni empalmes. No obstante, si no tiene grosor adecuado a su tamaño se puede abarquillar con la humedad y las corrientes de aire. Para evitarlo, lo mejor es sujetarlo a un bastidor de madera también pero no clavado, sino encolado de manera insoluble. si eso no fuera posible, hay que tener la precaución de aplicar la imprimación por las dos caras de la tabla para evitar que se combe.

El tercer soporte, el conglomerado, es un material relativamente nuevo, y esta hecho a base de tablero prefabricado. Aunque en carpintería presenta muchas ventajas por ser inerte, sin vetas ni nudos, y económico, debido a que está construido con resinas sintéticas y prensados, tiene la desventaja de ser poco absorbente y sus cantos son muy frágiles a los golpes, además de ser muy pesado.

En el mercado también se ofrecen unos paneles artificiales llamados «táblex». Es un material del grupo de los cartones prensados, liso por una cara y rugoso por la otra. Al ser delgado, es preferible también fijarlo sobre un bastidor para evitar su encorvamiento. EN caso de querer emplearlo por la cara lisa necesitará un tratamiento para eliminar el acabado ceroso que impide que ninguna preparación se adhiera bien. Para ello, se puede frotar la superficie con un disolvente volátil, como el alcohol o el amoniaco, y una vez seco, para que sea más efectivo, se puede lijar. La cara rugosa del táblex no necesita ningún tratamiento previo.

 

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