El encajado y la mancha constituyen el inicio de un cuadro. Si estás dos cosas empiezan bien, es prácticamente seguro que obtengas unos buenos resultados finales. Es artes plásticas, cualquier ejercicio debe seguir todo un proceso hasta llegar al final. El desarrollo de un cuadro empieza por las primeras líneas orientativas, basadas en un encaje de los elementos en el espacio sin atender a sus formas concretas; progresivamente se añaden nuevos detalles hasta conseguir un dibujo correcto, y finalmente se mancha hasta establecer todos los matices que configuran el volumen y los últimos retoques.

Una vez aclarado esto, vamos con los 4 pasos sobre el encajado y la mancha que debes conocer:

  1. Las líneas esenciales: Al plantear un nuevo proyecto, deben encajarse todos los elementos en el margen del papel. Las líneas esenciales distribuyen y componen el cuadro estudiando las distancias y las proporciones; no son dibujos definitivos, pues plantean el cuadro sin necesidad de ajustar excesivamente las formas a sus detalles. Estos dibujos se van concretando hasta llegar a las formas definitivas; por ello los encajes deben realizarse suavemente para facilitar las intervenciones posteriores.
  2. Ir de lo general a lo concreto: Éste es el segundo paso sobre el encajado y la mancha que te mostramos. Plantear una obra supone esbozar una visión global de ésta para realizar después una valoración particular de cada elemento. El proceso del cuadro empieza por ,a generalización (encaje) hasta llegar a lo más concreto (detalles, contornos y sobre todo, la valorización del volumen mediante la mancha). En el manchado se siguen los mismos pasos que en el dibujo: primero se abordan los tonos y luego se va concretando hasta llegar a los matices más sutiles.
  3. Rehacer y corregir: En el encajado y la mancha, bueno y posteriormente también, el trabajo de un pintor comporta una lucha continua por plasmar la verdad, la representación de lo que se ve. Ello exige que durante el proceso se destruyan unas formas para crear otras sin pensar que los trazos van a ser definitivos. Se trata de una constante evolución del trabajo hasta conseguir el objetivo propuesto, La modificación de una obra depende siempre de la naturaleza del medio que se emplea; así, la goma de borrar sirve sólo para los trabajos de dibujo, y en pintura hay métodos distintos, según se trabaje por empaste o por transparencia.
  4. El acabado: Éste, como es lógico, es el último de los 4 pasos sobre el encajado y la mancha que te enseñamos. El acabado de un cuadro depende de la intención del artista. Hay que distinguir entre esbozos (apuntes, trazos que determinan gestos y siluetas) y acabados definitivos (llenos de detalles y matices). Las obras acabadas requieren un proceso de mancha y volumen; las escenas pueden representarse con total fidelidad al modelo, de manera que hay que tratarlas con detalle y multitud de matices o bien pueden resultar más simples en cuanto a definición; todo depende del criterio del pintor).

Hasta aquí estas nociones sobre el encajado y la mancha. Como siempre, esperamos haberte enseñado algo nuevo. Siempre esteremos encantados de recibirte en nuestras clases de pintura en Madrid.

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