El collage es una aportación importante que el cubismo, en su afán de innovación expresionista (Braque, 1912), realizó en el campo de los procedimientos pictóricos.
El collage puede ser utilizado con cualquier tipo de pintura, bien sean temples, óleos, acrílicos, esmaltes sintéticos, etc.
Collage de Esteban Vicente.
Su finalidad no es otra que la de integrar materiales extrapictóricos con la propia pintura; por lo tanto, en el caso de la goma, cola animal, la caseína, los polímeros, etc., el encolado para formar el collage puede hacerse con el propio aglutinante más o menos concentrado. Sin embargo, con el óleo no puede procederse del mismo modo, ya que, además de no tener la adherencia necesaria, podría manchar el papel u otro material que se utilice. Conviene también comentar que, si en el collage se emplean papeles de baja calidad, con el tiempo éstos pueden cambiar de tono o decolorarse por la acción de la luz, cosa que puede afectar al conjunto de la obra.
Si bien en un principio se empezó encolando tímidamente papeles de periódicos (papiers collés) o alguna tela fina, con el tiempo se ha ganado en atrevimiento hasta llegar a ver en el collage lonas pegadas y toda clase de cargas en abundancia. Con este tipo de cargas pesadas se recomienda utilizar adhesivos más eficaces y soportes rígidos.
También la madera, el plástico y otros elementos se han ido integrando a cualquier procedimiento, por lo que la puerta queda abierta a toda materia que, por su relieve, textura, color o expresividad, pueda interesar a la libre creación del artista.
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